“Bolívar sentó las bases para una producción minera responsable con el ambiente”
Prensa Minería/Karina Depablos.- La visión conservacionista del Libertador Simón Bolívar lo llevó a crear varios decretos y resoluciones dirigidos a garantizar el aprovechamiento de los recursos naturales de la República para impulsar fuentes de riqueza inagotables, pero de una forma armónica con el ambiente.
Ninoska Díaz, profesora de Historia egresada del Instituto Pedagógico de Caracas, señaló que Bolívar entendía perfectamente el valor estratégico de las minas, así como la responsabilidad que tiene la República para velar y preservar el patrimonio natural.
“Hablar de la visión conservacionista de Bolívar es hablar de su formación. Era un hombre producto del movimiento de la Ilustración y eso es lo que lo diferencia de otros personajes de su época. Tuvo maestros de la talla de Simón Rodríguez, quien era un gran formador sobre principios que regían a la naturaleza y la relación con la humanidad”, manifestó.
Durante su participación en el programa radiofónico En la bulla, Díaz indicó que el Libertador fue testigo y protagonista de toda la destrucción que causó la Guerra, por lo que no escatimó esfuerzos para construir un andamiaje jurídico que velara por el responsable aprovechamiento del potencial minero venezolano y de las naciones recién liberadas del dominio español en Suramérica.
“Bolívar tuvo una visión adelantada sobre el valor y aportes de las minas y todos los recursos naturales, para el desarrollo de la Gran Colombia. Ello vino a traducirse en decretos, ordenanzas y resoluciones para su administración, a fin de conocer las potencialidades y aprovecharlas sin causar devastación; estaba consciente de la finitud de los recursos naturales”, expresó.
De acuerdo con la historiadora, Simón Bolívar fue un pionero en materia jurídica, en cuanto al resguardo de lo que consideró la fuente de riqueza de las naciones que recientemente había liberado, sobre todo en el control soberano de las minas. Sin embargo, subrayó que este esfuerzo no se sostuvo en el tiempo, pues los Gobiernos que le sucedieron en Venezuela plantearon un destino distinto para las riquezas obtenidas de las minas como garantía de pago de los empréstitos que había adquirido la República de la Gran Colombia durante la Independencia, deudas en su mayoría legadas a Venezuela a partir de 1830.
“Todo el andamiaje jurídico que construyó fue el que usaron las naciones suramericanas. Tenía un enfoque nacionalista. Pero, con la muerte de Bolívar, se inicia una nueva fase para la inversión extranjera que se adentró en el territorio nacional. Comenzó una agresiva explotación de las minas: todo el cobre de la nación se trasladaba fuera de la frontera, sin que se produjera inversión interna significativa. Fue cuando comenzamos un nuevo episodio de extractivismo puro”, destacó.
Lucha contra el contrabando
La profesora Ninoska Díaz relató que, entre 1825 y 1828, Bolívar dictó reglas y medidas contundentes para evitar el contrabando de oro, al igual que observamos en la legislación contemporánea.
“Hay un similitudes de aquella época y la nuestra; hay semejanzas con hechos de 1828, que ahora asociamos con el Arco Minero y que están tomando más fuerza; son políticas y programas orientados a mismo fin: el control soberano de la explotación minera para generar riquezas y bienestar social, sin poner en peligro a nuestro entorno. Bolívar buscaba garantizar la sustentabilidad de la producción y apalancar el aparato productivo que necesitaba la Gran Colombia”, puntualizó.
Agregó que existen registros y guías de movilización de minerales estratégicos desde el año 1828, que demuestran cómo la extracción de oro al sur del Orinoco es un hecho histórico, y no un decreto del presidente Nicolás Maduro, tal como lo han querido establecer en la matriz pública comunicacional.
“El Libertador, bajo decreto, instruye instalar las oficinas de minas en aquellos departamentos donde se desarrolla la minería a partir de 1825. Este planteó no solo la creación de las oficinas, también instruyó nuevamente sobre ese tema, al crear la figura de los jueces de minas; es decir: que aquellas actividades ilícitas y todo lo que estuviese en contraposición de los intereses mineros y, por ende, de la nación, fuese juzgado por estas figuras. El Libertador ordenó la recuperación y la disposición de las minas de acuerdo con los intereses de la República”, declaró.
Para Díaz, los decretos y demás instrumentos promulgados por el Libertador fueron revolucionarios para su momento, al instruirse detalladamente cómo sería el funcionamiento de las oficinas de minas, el papel que desempeñaban los jueces, así como el efectuar un inventario de las minas aguadas (en abandono-llenas de agua), y de aquellas que supuestamente estaban improductivas.
“Estos reglamentos dictados por Bolívar podemos verlos o asociarlos con algunas de las responsabilidades que, hoy, cumple la Oficina Nacional de Fiscalización e Inspección Minera (Onafim). Recuerden que se vivía en tiempos de guerra, por lo que era necesario un control estricto, una planificación total de la actividad minero extractiva, objetivos que se pretenden alcanzar con la política del Arco Minero del Orinoco”, enfatizó.
Restauración ecológica
A juicio de la historiadora Ninoska Díaz, durante el siglo XIX, época de Bolívar, no se manejaban conceptos como “restauración ecológica o remediación”; sin embargo, estaba muy claro que el Libertador dirigía sus esfuerzos hacia la conservación ambiental.
“ ‘Restauración ecológica’ es un término asociado al mundo industrial. En tiempos de Bolívar, se hablaba de conservación. Con el decreto de Chuquisaca de 1825, Bolívar planteaba proteger los bosques, pero también hacer una reforestación en las cabeceras de los ríos, una manifestación más de la sensibilidad que sentía hacia los componentes de la naturaleza, la inclinación por proteger el ambiente y por aprovechar las riquezas minerales lo condujeron a tomar medidas preventivas”, subrayó.
Díaz enfatizó que la producción minera responsable ha sido un modelo objeto de debate a lo largo de nuestra historia contemporánea. “No es un invento de ahora, es un legado que exaltó diariamente el presidente Chávez; por eso, en muchas oportunidades, mencionaba a Bolívar como ejemplo. Lo que sucede es que existe un afán de invisibilizar no solamente la figura de Chávez, sino el legado del Libertador, el mayor estadista de este país, que —yo diría— es más irrespetuoso todavía”, acotó.
Fotos: Jonnathan Gudiño / Archivo
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