Fosforita venezolana se perfila como una de las reservas más grandes del planeta

Prensa Minería/Karina Depablos.- La roca fosfática, comúnmente llamada “fosforita”, procedente de la mina Monte Fresco, ubicada en el municipio Lobatera del estado Táchira, tiene un alto tenor de pentóxido de fósforo que la convierte en un mineral envidiable y cotizado en el mercado internacional, por corregir la acidez de los suelos con vocación agrícola.

De acuerdo con el presidente de Fosfasuroeste, Alexander Astudillo, cuando se certifique el yacimiento andino de Monte Fresco, la fosforita venezolana puede llegar a ocupar una de las cinco reservas probadas más grandes del mundo.

“Según las investigaciones que hemos realizado con el equipo técnico de la empresa Fosfasuroeste, podemos llegar al quinto lugar, solamente con Monte Fresco. ¡Táchira está bendecido con este mineral no metálico! También, tenemos los yacimientos Navay, Los Monos y La Linda, ubicados al sur, específicamente en el municipio Libertador; que están en fase de estudio y, si se logra esta certificación, podríamos ascender al tercer lugar en todo el planeta”, explicó.

Durante su participación en el programa radiofónico En la bulla, transmitido por RNV Informativa, Astudillo aseguró que la fosforita tachirense, como fertilizante natural, tiene propiedades únicas que permiten mejorar la calidad de los suelos destinados a la agricultura.

“Posee un tenor que oscila entre 25 y 27 % de fósforo. Tiene microelementos como calcio, zinc, hierro y carbono que lo convierten en una roca codiciada para la producción agrícola, porque baja la acidez (pH) del suelo y lo recupera; es decir: no destruye la tierra como lo hacen los elementos químicos (urea, triple 15) tradicionalmente usados en la agricultura”, indicó.

Conquistas productivas

En cuanto a los objetivos cumplidos durante el año 2018, Alexander Astudillo, presidente de Fosfasuroeste, comentó que esta empresa minera alcanzó una producción de 761 toneladas de roca fosfática, lo que se traduce en la atención de 2600 hectáreas cultivables.

“Logramos producir la fosforita y colocarla a disposición exclusiva de productores agrícolas en los Andes, sin ningún tipo de intermediarios. Atendimos, directamente, a 1640 productores, quienes obtuvieron sacos de 40 kilogramos de fosforita. En otros palabras: en 2018, fueron distribuidos 11 mil 529 sacos de este fertilizante; una cifra muy importante, puesto que, en 2018, se distribuyeron 4711 sacos del mineral”, enfatizó.

Del mismo modo, señaló que se ha avanzado en los planes de aprovechamiento de roca fosfática con la adecuación de una planta de micronizado en el municipio Lobatera.

“En 2018, firmamos una alianza estratégica con Fosfatos y Calizas de Venezuela (Foscavén), durante la Expo Venezuela Potencia. Se ha hecho difícil la adquisición de maquinaria y de tecnología por el bloqueo económico al que estamos siendo sometidos por intereses imperiales; pero estamos solventando, y aspiramos que, pronto, con las nuevas políticas del Motor Minero arranquemos la producción de esta planta que está muy cerca de la mina Monte Fresco”, expresó.

Nuevas metas

Según el presidente de Fosfasuroeste, este será un año de grandes responsabilidades para esta empresa, puesto que la meta de 2019 es la producción de 77 mil toneladas de fosforita que servirán para atender a más de 150 mil productores en todo el país, así como para exportar fertilizante natural a varias naciones del continente.

“Con las líneas de acción del Plan de la Patria y de nuestro Plan Sectorial Minero 2019 2025, estamos trabajando para que, efectivamente, la fosforita contribuye a otros motores de la economía nacional, como el Motor Agrolimentario. Podemos activar la siembra en el país; la fosforita puede impulsar el desarrollo agrícola. Tenemos una gran demanda, ya que en Venezuela hay más de 5 millones de hectáreas con deficiencia de fósforo”, subrayó.

Igualmente, Astudillo informó que el carbón de las minas del municipio Lobatera contribuye al Motor Industrial, ya que puede ser convertido en coque metalúrgico, elemento principal requerido en la fundición de hierro, acero y aluminio en la industria siderúrgica y metalúrgica.

“Tenemos reservas de carbón, un carbón muy codiciado porque no es solo un carbón energético sino que es coquizable; es decir: que produce coque, por eso son más caros que los carbones térmicos.  Ahora bien, el carbón energético se usa también para hacer pequeños fogones con el fin de quemar la roca caliza y convertirla en cal agrícola; es un complemento del calcio, un nutriente muy efectivo para las plantas y los suelos”, comentó.

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